L
as religiones son creaciones hu
m
anas proveedoras de re
m
edios para tranquilizar la conciencia
.
A
su
m
iendo fiel y acrítica
m
ente sus doctrinas y practicando rigurosa
m
ente sus normas y rituales
se supone que nos acercamos a Dios y nos ponemos en paz con Él. Se puede decir que las
religiones venden esperanzas de transcendencia, de salvación eterna
. L
os profesionales de la
religión
,
los cleros sacerdotales que se auto
-
asignaron la función de
m
ediar entre Dios y la
hu
m
anidad
,
acaparan en provecho propio la ad
m
inistración de esos re
m
edios espirituales: ritos
lirgicos
,
sacrificios sagrados
a los que se atribuye la función de santificación personal.
L
a religión cristiana
,
y concreta
m
ente nuestra
I
glesia
C
atólica
,
presenta todo un conglo
m
erado
de cultos y creencias co
m
o condición indispensable para alcanzar una salvación que
,
en la
teoloa que i
m
parte
,
es fruto de una redención realizada por la
m
uerte de Jesucristo
. E
sta idea
,
de
evidente factura
m
aniquea
,
está
m
uy ligada al concepto de
pecado original
”,
una invencn de
A
gustín de Hipona, que nunca se liberó totalmente del maniqueísmo.
E
s inasu
m
ible la idea de un
D
ios que condena a penas eternas a toda la hu
m
anidad por un pecado
que nadie conoce
,
y que exige un sacrificio de
m
uerte co
m
o reparación
. P
ero el
E
vangelio
,
que
es la única infor
m
acn que tene
m
os sobre la enseñanza de Jesús de
N
azaret
,
no dice nada sobre
pecado original
,
redención
,
necesidad de cultos y creencias
J
esús no instituyó ningún sacerdocio
,
ni quiso ese tipo de religión
. Q
uien desee conocer el
m
ensaje de Jesús debe to
m
arse el trabajo
de leer el
E
vangelio
,
algo que la Iglesia no fo
m
enta
. E
n el culto de la eucaristía
,
el
E
vangelio queda
bastante
m
arginado
,
aparcado en la lectura de un breve frag
m
ento que el oficiante clerical explica si
quiere y co
m
o quiere
,
sin participación alguna de la asa
m
blea de asistentes al acto.
S
i es reprobable que se haya sobrecargado el segui
m
iento de
J
esús con una serie de rituales y
cultos
,
que no tienen
m
ás función que enaltecer la figura del oficiante clerical
, m
ás inad
m
isible
n es el hecho de que se
m
argine u oculte lo esencial de la enseñanza del
M
aestro
,
algo que se
hace a favor y beneficio de los poderes do
m
inantes en la sociedad. En efecto, lo esencial del
E
vangelio es la lla
m
ada de Jesús a construir el
R
eino de
D
ios
en la
T
ierra
. T
al co
m
o lo presenta
la teología tradicional de la
I
glesia, el fin de la vida de cada persona es lograr su salvación
personal
, que se consigue con la práctica de esas devociones que la Iglesia receta.
E
s decir,
que nos están vendiendo un
C
risto falsificado
. E
l
M
esías Jesús tiene un plan
,
un
proyecto para el
m
undo, y nos convoca a realizarlo
. L
a salvación eterna es cosa de Dios, y
según la enseñanza de Jesús, Dios ama a todos como hijos. La misión de Jesús no es la de
ser víctima propiciatoria de un sacrificio expiatorio, sino la de ser pionero y ejemplo de un
trabajo en
el mundo
para resolver la problemática humana. Sin cesar, a lo largo de la
historia, la verdadera culpa de la humanidad no es el pecado original que nos pregona el
maniqueísmo, es el egoísmo y falta de fraternidad entre las personas.
L
as
m
uchas guerras que tuvieron lugar en la historia, las dos
m
undiales que tuvieron lugar el
siglo pasado
,
las que existen actual
m
ente en varias partes del
m
undo
son consecuencia directa
del tipo de sociedad que tene
m
os
,
de los valores sobre los que se asienta
:
el provecho econó
m
ico
,
el afán de posesión privada
S
on lo que Jesús lla
m
a
: “
los reinos de este
m
undo
,
y presenta su
proyecto de construir un
R
eino distinto a los de este
m
undo
,
en el que reine la igualdad y la
fraternidad
. N
uestra
I
glesia no debe olvidar que son esos valores lo que se debe promocionar
.
N
o cabe atarse a tradiciones que nos hablan de Cruzadas y Reconquistas. Si, de verdad
quere
m
os estar cerca de
D
ios y en paz con
É
l, el ca
m
ino no son dog
m
as
,
ritos y cere
m
onias
,
sino
el cuidado y el a
m
or a nuestros se
m
ejantes
. U
n
m
undo sin explotación entre los hu
m
anos: el
proyecto revolucionario de Jesús de Nazaret.
B
oletín nú
m
. 70
- 12 de febrero de 2025